25 de julio de 2013

Capítulo 23. Salto a la fama

''Estoy asustada. No tengo la menor experiencia en el teatro. 
Otros se pasan la vida sobre el escenario antes de conseguir
 algo. Supongo que tendré que guiarme por la intuición,
 al menos hasta que aprenda''
Audrey Hepburn


Audrey no era la única insegura con su apuesta para participar en Vacaciones en Roma, la Paramount también tenía sus dudas, no obstante, había que esperar a que se estrenase Gigi y ver entonces cómo había sido recibida.


Nada más llegar a Nueva York, Audrey tuvo que buscar casa. No disponía de mucho presupuesto, sólo podría gastar nueve dólares al día, así que fue al hotel Blackstone, lugar donde se solían hospedar muchos actores, con la esperanza de encontrar una habitación sencilla y cómoda por la que no tuviera que pagar mucho. Al llegar, se reunió con el director que no tardó en ofrecerle una preciosa suite por el precio de quince dólares, pero ella no podía pagar esa cantidad y se quejó. Él le recalcó que ese era el precio y queno estaba dispuesto a bajarlo.
Finalmente, Audrey acabó hospedándose en el hotel por nueve dólares al día. El director contaba:

''Todavía no entiendo cómo consiguió hacerme cambiar de opinión. Desde luego no regateó. Por favor, ¿quién podría imaginar a esa joven elegante rebajándose a discutir el precio de algo? Se limitó a hablar y sonreír y por alguna razón me vino a la cabeza que no tenía derecho a cobrarle quince dólares al día''

Entonces comenzó a trabajar en los ensayos de Gigi a la vez que tomaba clase de Cathleen Nesbitt, que interpretaría el papel de su tía  en la obra. Cathleen se convertiría en una especie de madre para Audrey además de ser su instructora.

Durante la producción, la sometieron a dieta para que volviera a recuperar su figura. Para ello, la llevaban un par de veces al día al restaurante Dinty Moore's donde comía steak tartare (solomillo de buey picado y mezclado con huevo batido, cebolla, mostaza, salsa worcestershire, alcaparras y especias). Así conseguió volver a su peso normal en sólo un mes.

Los ensayos se tornaron difíciles, Raymond Rouleau, el director, queno sabía ni pizca de inglés, tenía problemas para entender el guión y dar órdenes a los actores. A pesar de que Anita Loos lo tradujo al francés y de que todos los actores eran bilingües, las interpretaciones no eran exactas y la obra perdía sentido. Como consecuencia, el papel de la abuela se reasignó en al menos dos ocasiones por culpa del lenguaje.
Guión firmado por Audrey

Su papel en Gigi se le resistía, no tenía apenas experiencia y no sabía modular la voz. Anita Loos declaró:

''El papel de Gigi requería la técnica de una actriz experimentada y durante el ensayo, el arrebato de Gigi en el momento culminante del último acto Audrey parecía más una adolescente enfadada que una joven que sufre la angustia de un primer amor trágico''

Cathleen Nesbitt, la encargada de ayudarla vocalmente decía:

''Audrey estaba muy asustada. No sabía dar la entonación adecuada a las frases ni proyectar la voz, y salía al escenario brincando como una gacela; no obstante, tenía esa rara cualidad, la autoridad sobre el público, que hacía que todo el mundo estuviera pendiente de ella cuando se hallaba sobre el escenario''






El reparto estaba francamente preocupado por esto, no sabían si Audrey sería capaz de progresar, además, estaba muy nerviosa y añoraba a su madre y su prometido.
Para colmo, una noche, cuando volvía al hotel tras una dura jornada de ensayo, un huésped se arrojó al vacío golpeándose contra el alféizar de la ventana de Audrey. Ella, terriblemente asustada, llamó a la habitación contigua donde se encontraba el actor David Niven, con quien mantendría una amistad de por vida a partir de ese momento.

El 8 de noviembre de 1951, fue el preestreno de Gigi en el Walnut Street Theatre (Filadelfia). La obra no caló hondo en quienes estuvieron presentes, fue algo floja y produjo la indiferencia de los críticos. Entonces, decidieron hacer algunos cambios con la esperanza de que esto cambiase.

El sábado 24 de noviembre se estrenaría por fin la obra. Esa mañana, Audrey llamó a su hermano Ian para felicitarlo ya que se acababa de casar, además, pondría a su primera hija el nombre de Audrey. 
Ese día, Audrey estaba pálida del miedo, tenía terror al momento del estreno, sin embargo, no tenía motivos para ello, ya que la suerte le volvería a sonreír.


El estreno no mejoró la opinión de los críticos, no consiguió el éxito que se esperaba y no llamó la atención de nadie, sin embargo, esa noche, Audrey Hepburn dejaría de ser una actriz anónima para saltar a la fama.
Se deshicieron en elogios con ella, la nombraron ''el descubrimiento del año en el mundo de la interpretación''. Algunas de las críticas que recibió:

The New York Times: ''una joven actriz llena de encanto, sinceridad y talento, a la que habría que retener en Estados Unidos y obligar a trabajar en una obra de verdad...Es el único elemento que aporta frescura a la función. Es una actriz, y como Gigi, dota de vida a su personaje, desde la torpeza natural de la jovencita del principio hasta el conmovedor clímax de la última escena. La suya es una estupenda interpretación que resulta espontánea, lúcida y cautivadora''

''La cándida inocencia y la inteligencia de una muchacha despreocupada...su actuación es como una bocanada de aire fresco en una temporada agobiante''
''Incuestionable belleza y talento. Actúa con elegancia y autoridad, aunque en este caso no estaba muy relajada''

''Ofrece una actuación maravillosamente vigorosa que la instaura como una actriz de primera fila''

'' La señorita Hepburn posee auténtico talento, así como una personalidad magnética. Además, de un modo sano y juvenil, rezuma sexualidad''






 Pese a todo esto, Audrey no sólo no consiguió calmar sus nervios sino que se ponía enferma antes de cada actuación. Siempre fue una persona insegura, estaba convencida de que lo hacía fatal, pero quienes la veían la encontraban encantadora. Su hijo Sean declaraba años más tarde:

''Básicamente era una persona muy insegura, cuya inseguridad hacía que todos se enamoraran de ella''

''Era una estrella que no veía su propia luz''

Cuando la obra ya llevaba una semana, Gilbert Miller mandó poner el nombre de Audrey encima del título en la entrada del teatro. Audrey fue quién colocó las letras de su nombre mientras los fotógrafos inmortalizaban el momento. De ese modo se leía, Audrey Hepburn en Gigi en el cartel.


Audrey se indignó por el escaso reconocimiento que tuvieron sus compañeros, además, desconfiaba del éxito que había tenido y pensaba que duraría poco y no se lo merecía. Sin embargo, tras la representación, los fans hacían cola para que les firmase autógrafos, hacían cola por ella, por Audrey Hepburn.

Programa Conmemorativo de Gigi aquí


Su madre, como siempre, no le hizo ningún cumplido, se limitó a decirle: ''Cariño, lo has hecho muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que careces de talento''. La baronesa, tan disciplinada como siempre, no estaba muy acostumbrada a mostrarse sentimental, quizás esto contribuyera a la inseguridad de Audrey, que cuando más lo necesitaba, no tenía esas palabras cercanas por parte de su madre.

Audrey con su madre

 Audrey tuvo una actitud humilde no sólo en el inicio de su carrera sino  durante toda su vida, lo que le resultó muy útil. A base de mucho trabajo duro se fue abriendo paso en el mundo del cine y su perseverancia atrajo a los que la rodeaban. Además, era especialmente cuidadosa eligiendo sus papeles, le dedicaba bastante tiempo y solía encarnar a mujeres  que triunfaban gracias a su valor, inteligencia e ingenio.





3 comentarios:

  1. Muy buen capítulo... y como siempre Audrey increíble en estas fotos.

    He visto muchas bellezas tipo "angelicales" o con rostros de niñas inocentes, y también muchas mujeres despampanantes con bellos ojos azules o con curvas como Marilyn...

    Pero Audrey es la única mujer que tiene una belleza que yo denomino "Magnética", o sea que despierta el interés de verla siempre...y eso personalmente no me ha ocurrido con ninguna otra celebridad...

    Además la Srta Hepburn posee otra cualidad, se ve bien en todas las situaciones, en todas las expresiones, en todo tipo de vestuario... simplemente es preciosa...

    Y por último, es muy buena actriz con actuaciones super convincentes...

    ¿Podremos encontrar una Srta Hepburn en estos tiempos?

    ResponderEliminar
  2. Estoy totalmente de acuerdo, sus palabras podrían ser mías. Sin embargo, dudo que exista o podamos encontrar alguien que se asemeje lo más mínimo a ELLA. Increíble como actriz e impresionante como mujer. Un ejemplo a seguir en todos los sentidos. Atemporal y permanente pase el tiempo que pase. Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. A mí me encanta el trabajo de la actriz Audrey Hepburn, pues era una artista muy completa, bella, elegante, inteligente, además hacía labor altruista, una persona digna de admirarse.

    ResponderEliminar

¡¡Gracias por comentar!! :)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...